Aprendamos de una vez a respetar al rival

Aprendamos de una vez a respetar al rival

El todopoderoso Real Madrid cayó en la ida de cuartos de final de la Champions League por 2-0 en Wolfsburgo. Lo hemos escuchado en todo los medios hasta la saciedad. Lo sabemos de memoria.

Ahora es cuando me surgen las preguntas, los comentarios y las cavilaciones sobre las numerosas desvariaciones escritas, publicadas y leídas en demasiados periódicos deportivos, tanto en su formato habitual en papel como en el aún más propenso a la locura transitoria de algunos redactores que supone teclear en internet. De igual forma se aplica el cuento para la radio o la televisión, esa caja (ahora bajo efectos anoréxicos) de la que emanan ideas preconcebidas, aleatorias y sensacionalistas que atormentan el pensamiento de un gran número de cerebros que absorben como esponjas sedientas de ideas que desparramar después en algún acontecimiento social.

¿Cómo se puede menospreciar públicamente a un equipo que, al igual que el conjunto blanco, está entre los ocho mejores clubes en la mejor competición europea y, posiblemente, mundial, de fútbol? Supongo que la respuesta es clara: no tienen la fama del Madrid, sus jugadores no tienen tanto caché, es su segunda participación en Champions y la primera vez que llegan tan lejos, van octavos en su liga, que es peor que la española y, en pocas palabras, a la mayoría de consumidores del espacio futbolero el nombre Wolfsburgo no les dice nada, ergo son un equipo muy malo.

Lo peor, lo que me saca de quicio, es que el periodismo “de calidad” alimenta estas ideas con afán vendedor (eso espero), creando un círculo vicioso en el que el redactor escribe lo que desea leer el lector y el lector lee lo que el redactor escribe para vender más. ¿Acaso si desde las altas esferas que dominan el periodismo deportivo respetaran tan solo un mínimo más a los rivales (y más en este contexto de fútbol profesional) la gente dejaría de consumir sus publicaciones, en procura de encontrar ese artículo que mitigue sus ansias de superioridad nacional o local?

Gracias a Dios, o al Karma, o al Cosmos o puede que a la realidad, se dan casos como este. El incomprensible y descalificante uso peyorativo de la palabra Wolfsburgo pudo ser vengado por unos futbolistas que también juegan al máximo nivel y así lo demostraron sobre el césped. Hicieron justicia.

Antes de finalizar, veo obligatorio aclarar una cosa, anticipándome a posibles comentarios si alguien llega a leer este texto. No pretendo increpar a lo que rodea a la cúpula concreta del Real Madrid (afición, equipo y periodistas), pues aunque protagonizan el último caso de falta de respeto al rival, es un hobby demasiado frecuente en España con cualquier entidad deportiva y a cualquier nivel de juego, tanto profesional como amateur.

El deporte se basa en el respeto. De vez en cuando vale la pena recordarlo.

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