No cabe duda que el fútbol femenino ha llegado para quedarse y la prueba está en el exponencial crecimiento que está teniendo el número de equipos que cada temporada se suman a las diferentes categorías regionales de España. Pero, ¿qué pasa con la categorías nacionales?. Ahora mismo tan sólo hay dos. Una potente, la primera División -la Liga Iberdrola-, formada por 16 equipos, y una Segunda División completamente heterogénea formada por 7 grupos (8 realmente ya que el grupo canario está subdividido en dos) que cuenta con 112 equipos (14 por grupo). Esos 112 equipos luchan por conseguir ser campeones de sus respectivos grupos para poder competir por una de las dos únicas plazas de ascenso a la máxima categoría. Es obvio que la tarea resulta tremendamente difícil. Además, la heterogeneidad de los grupos es tal que es frecuente que los equipos punteros realicen toda la campaña sin apenas derrotas y con goleadas escandalosas más propias de partidos de benjamines que de una categoría nacional. Así, se han visto resultados como: 16-0 en el grupo I (del Depor al Llanera), 0-8 en el grupo II (del Athletic Club al Ardoi), 8-0 en el grupo III (Del Barça B al Son Sardina), 11-0 en el grupo IV (del Málaga al Polillas), 12-0 en el grupo V (del Tacón al Belén), 0-16 en el grupo VI a (del Tenerife al La Laguna), 0-32 en el grupo VI b(del Femarguín al Castillo) y 11-0 en el grupo VII (del SPA Alicante al Real Murcia).
Quizás por todo ello cabría plantearse la creación de una nueva categoría a nivel nacional semejante a la actual segunda B de la categoría masculina. De esta forma podría crearse una Segunda División formada por un sólo grupo o dos a lo sumo y una tercera categoría (podría llamarse perfectamente también Segunda B) formada por 4 o 5 grupos.
Ahora bien, ¿quiénes formarían ese hipotético grupo de una Segunda División de élite? Una posible solución sería un grupo con 14 equipos: Los dos descendidos de la Primera División, los 5 campeones que no logren subir en el play off de ascenso y los 7 subcampeones (en el caso de los canarios, el perdedor en la eliminatoria por el título del grupo 6). Sería un grupo así sólo durante una temporada. A la siguiente se podría ampliar hasta 16 con más ascensos que descensos procedentes de los grupos de la Segunda B.
Si eso tuviese lugar la temporada que viene, ¿qué equipos formarían el grupo? Sin tener en cuenta los descensos de Primera ni los ascensos del play off, a día de hoy estos serían los equipos:
En la clasificación se ve que aparecen 4 equipos filiales. Quizás no sea la mejor manera de iniciar la categoría por lo que otra posible solución sería impedir su acceso, al menos en esta temporada y sustituirlos por los seis terceros no filiales (en el grupo IV esa tercera posición está ocupada por el filial del Sporting de Huelva y en el grupo Tinerfeño la segunda posición es para el Tenerife B). De esta forma la Segunda División estaría formada por los siguientes 16 equipos:
Todo ello teniendo en cuenta que dos de los equipos citados no estarían ya que habrían conseguido el ascenso en los play off y que habrían sido sustituidos por los dos equipos descendidos de la Primera División (ahora mismo el Zaragoza y el Santa Teresa de Badajoz). Sería una Segunda División muchísimo más disputada ya que todos estos equipos han demostrado tener un potencial muchísimo mayor que la mayoría de los equipos contra los que se enfrentan en esta temporada. Sin duda, sería muchísimo más atractiva la competición y una manera más de potenciar el fútbol femenino.