Gracias, Simeone, por mirar al pasado

Gracias, Simeone, por mirar al pasado

Decía el verso de Jorge Manrique que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Y tanto. Hace tiempo de que el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, es consciente de ello. El fútbol de las grandes estrellas ha caído, una vez más, ante el poder de un equipo inferior en todos los aspectos excepto en uno.

Nadie puede discutirle al Simeone futbolista su entrega, disciplina, capacidad de sacrificio y sentido colectivo. Sin eso, probablemente, nunca habría cruzado el ‘charco’. Ni que decir hay del ‘doblete’ de 1996 con el Atlético de Madrid o el ‘triplete’ de 2000 con la Lazio.

Pero el gran mérito en su carrera ligada al fútbol estaba por llegar. Ha sido como entrenador, despertando a un equipo, a un club, a una afición y al mundo del deporte en general de su ‘estrellitis’. Recogió a su querido Atlético de Madrid roto y en cuatro años ha ganado una Liga, una Copa del Rey, una Europa League, una Supercopa de España y otra de Europa. Y se le escapó la Champions League en el minuto 93. No hay nada que parezca imposible para ellos pero… ¿Cómo lo ha hecho? Fácil y a la vez difícil.

Es sencillo entender que aun sin tener los mejores futbolistas puedes ganar. Es fácil reconocer que el esfuerzo y la disciplina son parte fundamental del éxito deportivo. Y a nadie se le escapa tampoco que la unión hace la fuerza y que anteponiendo el bien colectivo sobre el individual los resultados serán mejores.

Lo difícil viene después, cuando tienes que convencer a un delantero centro acostumbrado a los focos y a los goles en bandeja que tiene que ser el primero en trabajar. Cuando fichas a un mediapunta brasileño y tienes que conseguir que se manche los pantalones de barro o cuando tienes que explicar a un futbolista, que nunca ha necesitado hacerlo, que hay que morir por el compañero.

El compañero. Esa es la clave. Sufrir por él para que él lo haga por ti. Esa idea de cabecera de tantos otros deportes, e incluso del fútbol aficionado, se ha olvidado hace tiempo entre los dólares y las ventas de camisetas de los más grandes. Messi ha hecho mucho daño ganando partidos andando y Cristiano Ronaldo también, con frases del tipo “si todos jugaran como yo iríamos de primeros”. Se equivocan, y no son los únicos. Ganan (a veces) porque algunos de sus compañeros se esfuerzan en su lugar, pero ellos solo devuelven talento.

Es posible que termine el curso sin que el Atlético de Madrid consiga ningún título pero nadie podrá hacerle un solo reproche. No hay jugador, miembro del cuerpo técnico o aficionado que no lo haya dado todo. Eso es el deporte. Eso es el fútbol (de antes). Gracias, Simeone.

 

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