Messi caminando en el Bernabeu

Messi caminando en el Bernabeu

Tras el Clásico disputado el pasado fin de semana, El Periódico de Catalunya reveló que Leo Messi se había pasado más del 83% del encuentro caminando. Pese a lo que este dato pueda transmitir, la actuación del argentino fue diferencial, pues participó en los tres tantos de su equipo: provocó un desbarajuste en la defensa del Real Madrid en el primero (sin tocar el balón), anotó el segundo y asistió en el tercero.

De este modo, ¿qué conclusión debemos sacar de ese sorprendente dato? ¿Es preferible caminar que correr? Bueno, no es tan sencillo. El fútbol es un deporte indudable pero no exclusivamente físico. La habilidad técnica por sí sola no basta, del mismo modo que un jugador con capacidades físicas sobresalientes pero carente de talento, tampoco será un buen futbolista.

Son numerosos los técnicos que han aseverado, en diferentes épocas, que si el balón se mueve rápido, el rival no llegará a robarlo, por mucho que corra. En eso se basa, fundamentalmente, el fútbol de posesión: pensar rápido, moverse con inteligencia y ejecutar con precisión. ¿Significa eso que correr es inútil? Evidentemente, no. Los sistemas defensivos más sólidos requieren de esfuerzo físico, ya sea a la hora de presionar arriba, de bascular o de marcar a un hombre. La clave está, como sucede habitualmente, en el equilibrio entre una cosa y otra.

Así, el dato del 83% debe ser analizado dentro de su contexto, es decir, estamos refiriéndonos a Leo Messi, uno de los mejores jugadores de la historia. Él puede permitirse (con el beneplácito de su entrenador, con toda seguridad) desentenderse de tareas defensivas y reservarse para las acciones vertiginosas. De todos modos, en ciertas situaciones, no es necesario correr para generar ventajas, del mismo modo que no es necesario tocar el balón para participar en una jugada. En otras palabras: que Messi se haya pasado el 83% del tiempo caminando no significa que se haya pasado el 83% del tiempo sin hacer nada.

Por eso, sería equívoco que los espectadores sacasen la conclusión de que el fútbol pasa por eludir el esfuerzo físico. Es necesario inculcar, especialmente a los niños y niñas, que correr, esprintar o ir al choque forma parte de este deporte. Lo importante reside en tener la suficiente inteligencia para saber deducir cuándo debes correr y cuándo no. Es normal y lógico que los jóvenes quieran parecerse a sus ídolos, hasta el punto de imitarlos, pero en este caso no deben malinterpretar los datos. Messi puede pasarse casi 75 minutos caminando y decidir un partido, pero el 99% de los futbolistas no.