Entrevista a Diego Soto no Faro.
Diego Soto cuelga las botas
- El centrocampista de la UD Ourense decide dejar el fútbol a los 38 años tras la última recaída de su lesión - "La cabeza quería acabar la temporada, pero el cuerpo no te da y hay que rendirse a la evidencia", afirma
"El fútbol me ha dado mucho y sería egoísta pedirle más con 38 años". Diego Soto esquiva el amargor al colgar las botas. Uno de los tres pioneros que quedaban en la Unión Deportiva Ourense no volverá a vestir la camiseta que se puso por primera vez en el mes de agosto de 2014. El pensamiento del adiós llevaba tiempo rondándole, pero quizás no sospechase que se iba a precipitar tras jugar sus últimos minutos el pasado 19 de febrero, contra el Francelos en O Couto.
La semana pasada tuvo una recaída en una lesión muscular que prácticamente no le ha dejado en paz esta temporada, en la que solo ha podido jugar nueve partidos. "No sé el alcance ni me preocupé, la verdad, pero ya en el momento en el que me volví a lesionar en el entrenamiento le dije a Antonio que lo dejaba. Punto final y, aprovechando el partido del domingo, se lo comuniqué a los compañeros y a la directiva", expone Diego Soto sobre el detonante de su decisión.
El jugador asegura que no se dejó llevar por la impotencia: "En ese momento estaba en caliente, pero la decisión es lógica y está muy pensada. Ya se me pasó por la idea antes de Navidad, porque la recuperación se alargó enormemente. Le fui dando oportunidades, acabé saliendo, y antes del Entroido volví a tener otra pequeña lesión. Hablé con Fran (el segundo entrenador) pero me dijo que tuviera calma, que me fuera de vacaciones y la verdad es que al volver me encontré bien, recuperado. Si físicamente estoy bien, de cabeza nunca hubo problema, pero al volver y tener una nueva recaída ya le dije a Antonio que me plantaba".
Aclara Diego Soto que seguirá apoyando al equipo: "Me toca animar en los partidos y en los entrenamiento que pueda. Voy a seguir con ellos con la única novedad de que no cuento para el domingo". El ya exjugador de Ourense, Verín, Arenteiro y UD Ourense, a la que ha ayudado a colocarse en puertas de la Preferente tras salir de Tercera Regional, evita el sentimentalismo y hasta bromea con una despedida que ya venía interiorizando.
"Dejo el fútbol con 38 años, que van siendo horas, aunque al final creo que el fútbol me dejó a mí -puntualiza-. Es muy fácil asimilar que lo dejo porque, por la cabeza, me apetecía terminar el año. Ganas, ilusión, nunca me faltaron para ir a entrenar a las nueve de la noche lloviendo y con frío, la motivación siempre estuvo alta, pero el cuerpo no te da y te tienes que rendir a la evidencia. No pudo ser e injusto sería si te pasa con 26 o con 32, pero con 38 no se puede pedir más. No es culpa de nadie y ahora toca animar a los más jóvenes que tienen que demostrar lo que valen".
Asegura que decidió colgar las botas "cuatro veces" antes, pero que en 2014 le convencieron para echar una mano en el despegue unionista. Ahora dice basta para no volver, aunque matará el gusanillo cuando se tercie sin hacer sacrificios, apostilla: "Supongo que será la definitiva por edad y por impedimento físico. Las zapatillas las seguiré poniendo y la semana que viene voy a ir a entrenar. Vigilaré más la rodilla, que la tengo muy machacada y sería muy torpe por mi parte seguir machacándola. Hasta ahora tomaba antiinflamatorios y ahora no lo haré. Si la tengo inflamada, no iré a entrenar, pero me siento parte de un grupo y no quiero abandonarlo hasta final de temporada". En su fuero interno, se ha acordado especialmente de sus compañeros. "Aunque no soy muy sentimental para estos casos, sobre todo piensas en los compañeros con que comparto vestuario. También tengo que avisar a mis padres para que no se enteren por la prensa y no hay que dramatizar, que no se retira Messi. Es una circunstancia menor, aunque para mí no lo sea tanto, pero en 38 años es una decisión fácil de asumir".
Diego Soto dedica palabras de agradecimiento al club al que ha ayudado a dar sus primeros pasos tras estos duros meses: "He tenido el apoyo de todos los sectores del club, pero tenía incomodidad conmigo mismo y hubo que tomar la decisión", concluye.
"No sé si aguantaré un mes o 20 años, pero voy a ser entrenador"
La bonanza clasificatoria de la UD Ourense ha ayudado a Diego Soto a dar el paso al lado. "El equipo no tiene ningún problema, está haciendo una buena temporada y la decisión es más fácil para mí", reconoce. "Si te estás jugando algo y no puedes ayudar, todavía te frustra un poco más. Si no poder ayudar este domingo, que no había jugadores para el centro del campo, te frustra, es fácil imaginarse que si el equipo estuviera apretado sería más dramática", agrega. En una breve mirada atrás, Diego Soto da por bien empleado el esfuerzo de seguir una temporada más: "Quizás no debería haber empezado porque pensaba que era la hora de un cambio mayor en la plantilla, aunque me lo pidieron y pensaba que me iba a respetar un poco más el cuerpo. Pero he estado en un vestuario estupendo, conocí a mucha gente y no me arrepiento. Voy a disfrutar de la fiesta del ascenso". En cuanto al futuro, está obtenido el título de Nivel 1 y se ve en un banquillo. "No si entrenaré un mes o 20 años, pero voy a empezar", asegura.
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