Utilización de jugadores de categoría superior para crear superioridad en la competición

Utilización de jugadores de categoría superior para crear superioridad en la competición

Ruego se entienda de antemano que este pequeño artículo no pretende generar problema alguno con nadie ni con ningún club, solo es la expresión por un lado de una parte implicada en este asunto, y por otra la de un aficionado al deporte del fútbol sala que no entiende las pautas de comportamiento de algún club.
 
Ayer asistí, como espectador, a ver uno de los encuentros de octavos de final de la Copa Diputación de fútbol sala femenino, concretamente el Santa Teresita-Cidade das Burgas. Nada más salir las jugadoras a la pista ya pude comprobar lo que antes varias voces con experiencias pasadas me habían advertido; el Cidade das Burgas se presentaría con algunas jugadoras del equipo de categoría autonómica. Debo decir que se equivocaron los gurús, ya que era el equipo de autonómica el que se presentaba en pista acompañado de alguna jugadora de provincial (entre ellas mi amiga Flor Gómez, grandísima jugadora), y no al revés.
 
No voy hablar del encuentro desde el punto de vista del juego, lo resumiré diciendo que el Santa Teresita no le perdió la cara al encuentro en ningún momento, bien posicionadas en la pista y creando ocasiones de gol. Todo ello con un rival enfrente de categoría superior, lo que traduce su actitud y juego en mayúsculo. Enhorabuena a todo el equipo.
 
De lo que sí quiero hablar es del comportamiento, actitud, artimaña, trampa legal, o como cada uno quiera llamarle, de bajar jugadoras de superior categoría para jugar esta competición.

 

En la humilde pero sincera opinión de quién esto escribe y sin acritud alguna, esto es lo que pienso:
1.- Falta de respeto a todas las jugadoras del propio equipo que debido a que otras de categoría superior ocuparon su lugar tuvieron que quedarse sin jugar. Toda la temporada ahí, esforzándose y trabajando para que llegado el apetecible momento de disfrutar de la emoción de la copa, lo hagan otras. Todo ello con independencia de la lectura subliminal que encierra el detalle. Si el club quiere ganar la competición contra equipos como el suyo y prescinde de ellas, será porque no confía en ellas para hacerlo, ¿verdad?

 

2.- Falta de respeto a todos los equipos de su categoría contra los que pretende competir con otro de categoría superior, adulterando de lleno la competición. No lo ve quien no quiere verlo o no le interesa. Siempre había pensado que los equipos filiales estaban para formar jugadores con los que ir nutriendo los equipos superiores del club. Aquí es al revés. Parece que la primera enseñanza deportiva del club es el plagio de las palabras de Maquiavelo; “El fin justifica los medios”, o lo que es lo mismo, “Ganar como sea”.
 
3.- La complicidad federativa. Todo esto ocurre porque hay un estamento organizativo que lo permite. Ya sabemos que a las jugadoras de Autonómica se les hace ficha de provincial y solucionado el affaire. He ahí la cuestión, esa es la esencia de los equipos filiales; subir, que no bajar. Sobra decir que no vale oír aquello de que al tener ficha de provincial pueden jugar, porque poniendo por ejemplo en las normas de competición el “detalle” de que aquellas jugadoras que hayan sido alineadas cinco o más partidos en categoría superior no pudiesen jugar esta competición, solucionado. Así pues, es la propia federación quien está colaborando en el adulterio de la competición.
 
4.- Y por último y lo más importante. ¿A quién creen que engañan más que a sí mismos, alegrándose del mérito de una presumible victoria en el caso de conseguir la competición al final, si juegan con un equipo de superior categoría? No entiendo nada.
 
La única reflexión positiva es, a ver si hay suerte, y en la próxima eliminatoria vemos en Cea, Amoeiro, Carballiño, Xinzo, Maceda … o cualquier pista de categoría provincial a Nespereira, Iria Saeta o la mismísima Vane Sotelo. Visto lo visto, todo es posible.
 
Si esto sigue así, tal vez los pequeños y humildes, y sobre todo los equipos de Provincial, deberíamos plantearnos la posibilidad de jugar un torneo paralelo al de los que juegan con ventajas, al fin y al cabo que nadie dude, que todas las cosas tienen la importancia que uno quiera darle. No se llamaría Copa Diputación, tal vez, Copa de la Igualdad, pero, ¿y eso que más daría siempre que su nombre respondiese a su realidad?
 
Fdo.- Óscar Garriga (Entrenador KANELA DRINK F.S.F.)

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